Hoy quiero compartir una experiencia personal que destaca los desafíos que he enfrentado al intentar cargar vehículos eléctricos en estaciones de Repsol. Si bien he tenido experiencias positivas con otras compañías, como Zunder, empresa Española que creo que están haciendo las cosas bien y se preocupan por la eficiencia de los cargadores y la comodidad del usuario (Plug&Charge) a la vez que tratar de ofrecer un servicio universal que no dependa de APPs y ofreciendo el pago con tarjeta de crédito directamente, pues bien mi relación con Repsol ha sido todo lo contrario.

En una ocasión nos dejó prácticamente tirados en Ugaldebieta en plena nochevieja, pues bien, después de múltiples intentos, finalmente logré cargar en una estación de Repsol en Ugaldebieta 8 meses después, después de lidiar con cargadores que no funcionaban correctamente y la mitad de ellos apagados. A pesar de haber superado ese obstáculo, aún persistieron problemas en otras estaciones de Repsol. En pleno viaje y en una operación salida, me vi en la necesidad de cargar en una estación en Venturada. Teníamos un 42% de la carga pero no por ello significaba que llegaríamos hasta el siguiente cargador, puesto que teníamos el puerto de Somosierra de por medio, así que dijimos ¿Por qué no cargar ese 40%-50% ya y así nos olvidamos y llegamos a destino? Si hacíamos eso, llegábamos a casa sin problemas. La experiencia resultó ser una verdadera pesadilla: la mitad de los cargadores estaban apagados y los otros simplemente no funcionaban. Intenté llamar al servicio de atención al cliente durante 26 minutos, pero nadie respondió. Allí mismo había un botón para pulsar si tienes problemas, pero nadie acudió al sitio en cuestión.

Estas experiencias negativas me llevaron a cuestionar la verdadera intención de Repsol de apoyar la movilidad eléctrica. Sospecho que la empresa podría no estar comprometida realmente con la transición hacia vehículos eléctricos y que, en última instancia, esto podría ser beneficioso para sus intereses relacionados con el petróleo.

En resumen, las dificultades que he enfrentado al intentar cargar en estaciones de Repsol han despertado en mí serias dudas sobre su compromiso con la movilidad eléctrica y han dejado una impresión negativa de su servicio y atención al cliente, que por otra parte igual es lo que buscan.

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