Hola a todos, os cuento una experiencia reciente (4 días después del gran apagón sufrido en España), aunque frustrante, que creo que puede aportar valor a quienes viajamos en coche eléctrico. Salí desde Madrid, en concreto desde San Sebastián de los Reyes rumbo a Noja, un trayecto que no es excesivamente largo y que normalmente lleva unas 4 horas y 18 minutos, pero esta vez se convirtió en casi 6 horas de odisea, con hasta seis intentos de recarga y varios fallos de cargadores de alta potencia, especialmente de la red Ionity.
Todo empezó mal en el circuito del Jarama
La primera parada fue en los cargadores de Ionity del circuito del Jarama. Es la primera vez que podía entrar, ya que normalmente paso por ahí de noche y el acceso está cerrado (lo cual ya es un problema en sí). En esta ocasión, me encontré con un panorama bastante desolador: los cargadores apenas daban 6 kW, lo cual es inaceptable para un punto de carga de alta potencia.
Pensé que podía ser un problema puntual del poste, así que me cambié varias veces. Con algo de suerte conseguí una potencia de 64 kW, que aunque mejor, sigue estando muy por debajo de lo que prometen (hasta 350 kW). Todo esto, mientras me empapaba bajo la lluvia y sin micrófono ni equipo de grabación, porque ni siquiera tenía intención de documentar este viaje. Pero me pareció importante mostrar también lo que va mal.
Tuve que desviarme del trayecto más directo porque muchos cargadores están solo disponibles en un sentido de la autovía, algo que también es frustrante. En Milagros, más de lo mismo: cargadores lentos, con errores, y una potencia ridícula para ser “ultrarrápidos”. Incluso uno directamente dejó de funcionar tras conectarlo.
Mi propuesta, y la razón por la que decidí grabar y compartir todo esto, es que las operadoras como Ionity implementen avisos dinámicos en pantalla indicando si una estación está afectada por limitaciones de potencia. Eso evitaría que otros conductores lleguen y no sepan a qué atenerse y se encuentren en una situación complicada, por ejemplo, puede llegar un usuario al que coincida la parada larga para comer (y le dé igual), u otro usuario que en cambio tenga mucha prisa. Me fijé en el pequeño detalle del anterior vehículo que recargó, y se tiró 50 minutacos. También ayudaría que hubiese inspecciones técnicas más frecuentes para garantizar el servicio prometido. Y también que el precio sea acorde a la velocidad de recarga real, y “no en base a lo que prometen”.
Falta de comunicación dinámica: un problema grave
Aquí es donde creo que realmente hay margen de mejora. Si una estación está afectada por problemas técnicos, debería mostrarse esa información de forma clara y dinámica en las pantallas o apps asociadas. Algo tan sencillo como: “Esta estación está limitada a 70 kW. El punto rápido más cercano está a X km.” Eso permitiría tomar decisiones inteligentes en ruta sin llegar con un 10% de batería y sin margen de maniobra.
En lugar de eso, te ves obligado a ir poste por poste, probar suerte, esperar, llamar, y rezar. Todo lo que no deberíamos estar haciendo en un viaje donde el tiempo, la planificación y la fiabilidad deberían ser clave.
Sexta carga, bocadillos… y paciencia
Después de Milagros, tocó desvío hacia Briviesca Sur. Otro rodeo en el trayecto por culpa de la escasa disponibilidad y poca previsibilidad de cargadores realmente funcionales. A esas alturas ya íbamos por la sexta recarga del día. Aprovechamos para comer algo mientras esperábamos (otra vez) que el cargador diese algo decente. Este fue el único punto donde, más o menos, las cosas funcionaron como se esperaba: 50 kWh en 24 minutos, llegando a 100 kW de potencia, que ya es otra cosa.
Reflexión final: hay que contarlo
Salimos de San Sebastián de los Reyes a las 17:55H y llegamos a Noja pasadas las 23:50 de la noche. El coche se portó bien, y llegamos con un 33% de batería y 94 km de autonomía restante. Pero el problema no fue el coche: fue la red de recarga.
Y no, no se trata de echar pestes porque sí. Al contrario, creo que compartir estas experiencias sirve para que otros conductores estén preparados, y también para presionar a los operadores a mejorar. Muchos me dicen: “Si va mal, te vas y punto.” Pero si todos hacemos eso, nadie mejora nada. Hay que llamar, reportar, dejar reseñas, y exigir lo que prometen.
Las estaciones deben ser inspeccionadas con frecuencia, y las plataformas deben integrarse con datos en tiempo real. Porque si no lo hacen, lo que podría ser un viaje eléctrico agradable y eficiente, se convierte en una pesadilla.
Espero que esta experiencia te haya sido útil si estás pensando en viajar en coche eléctrico. No todo son rosas. Simplemente, necesitamos que las infraestructuras estén a la altura de la tecnología.
Nos vemos en la próxima ruta… esperemos que con más kW y menos sorpresas. Te dejo el vídeo aquí, y no olvides darme un superLIKE, y suscribirte al canal (si no lo estás ya). ¿te atreves a dejarme un comentario en el vídeo? ¿has tenido experiencias similares recientes? Te leo